
El documento se centra en la identificación de los principales obstáculos a la integración de los mercados de capitales en Europa y recomienda iniciativas políticas para hacerles frente.
Comienza recorriendo el paisaje y cuantificando algunos de los costes de la fragmentación. A continuación, sobre la base de una encuesta realizada entre profesionales del mercado y de trabajos empíricos, se identifican los principales obstáculos a la integración.
Sobre la base de estos hallazgos, se discute la teoría y la práctica de la supervisión del mercado de capitales y se concluye instando la adopción de un conjunto de medidas centradas en la transparencia, la regulación y los procedimientos de insolvencia.
El estudio del Fondo Moneratio Internacional presenta conclusiones relevantes, entre lñas que se destacan las siguientes:
El documento ha tratado de exponer sistemáticamente los beneficios de una mayor integración del mercado de capitales en Europa, identificando las barreras y trazando un camino práctico a seguir. Insta a que se adopten una serie de medidas políticas específicas dirigidas por las instituciones de la UE, con acciones complementarias a nivel de los Estados miembros, que aborden directamente cuestiones fundamentales como, la mejora de la información y de la supervisión prudencial de los actores sistémicos, el refuerzo de la protección a los inversores y la mejora de los procedimientos de insolvencia.
Lograr la Unión de Mercados de Capitales (CMU) requerirá voluntad política para superar la resistencia de intereses creados. Una fuente de resistencia serán los operadores tradicionales que temen perder ingresos, incluyendo potencialmente a los lobbies de bancos locales; los bancos locales necesitarán ser convencidos de que la solución para una rentabilidad estructuralmente débil radica en aventurarse cautelosamente en los mercados de capitales. Otra podría estar en manos de las autoridades nacionales, que podrían reducir las reticencias domesticas; en este caso, el reto consistirá en argumentan a favor de la CMU como una forma de fomentar un flujo de capital en ambos sentidos y en beneficio de todos.
La visión de una unión financiera europea verdaderamente integrada requiere una unión bancaria que funcione bien y una CMU dinámica, en una competencia sana. La CMU debe complementar, no desplazar, a la banca, permitiendo que el todo sea más que la suma de las partes. Para aprovechar los beneficios económicos de la financiación basada tanto en el mercado como en las relaciones directas, será necesaria una supervisión pública proporcionada. En los mercados de capitales, el enfoque regulador debe centrarse en facilitar una disciplina de mercado eficaz, con una supervisión prudencial de los participantes sistémicos que sea indiscriminada.
En última instancia, el camino hacia la integración financiera debe ir acompañado de responsabilidad fiscal y reformas estructurales. Los esfuerzos para completar la unión bancaria y la CMU deben ser parte de un impulso más amplio para cerrar las diferencias de productividad y avanzar en la convergencia de la renta per cápita en toda Europa, con países que busquen el ajuste fiscal y la reforma del mercado laboral y de productos, para mejorar su atractivo como destino de inversión. La CMU ofrece la promesa de facilitar los flujos de capital, pero será la contraposición entre el riesgo y el beneficio lo que determinará su dirección.