COVID-19: Meditaciones posconfinamiento (Parte 4). Por Pedro García Barreno

Mantener la esperanza es una especie de vacuna ­de las ciento y pico anunciadas­ que puede administrarse directamente sin necesidad de fases preclínicas

El «gato de Schrödinger» es célebre por simbolizar algunas de las características más desconcertantes de la física cuántica: ejemplifica tanto la imprevisibilidad como la llamada superposición, la posibilidad de que dos estados opuestos existan simultáneamente. Es un experimento mental, en ocasiones referido como una paradoja, propuesto en 1935 por el físico austriaco-irlandés Erwin Schrödinger en el transcurso de una discusión con Albert Einstein que había escrito: «La teoría produce un buen caso, pero no nos acerca al secreto del Viejo. Estoy del todo convencido que Él no juega a los dados». El «gato» en cuestión ilustra como su autor ve el problema de la denominada «interpretación de Copenhague» de la mecánica cuántica aplicada a objetos de la vida cotidiana. El escenario presenta un hipotético gato que puede estar simultáneamente vivo y muerto y ninguno de estos estados puede ser anticipado, un estado conocido como superposición cuántica ligado a un acontecimiento subatómico aleatorio que puede ocurrir o no. La teoría de la superposición en la física cuántica indica que hasta que se produzca una observación y alguien abra la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, en una superposición de estados.   

El experimento del felino permitió decir al Nobel Serge Haroche: «Einstein se equivocó, Dios efectivamente está jugando a los dados en el universo cuántico». Pero científicos de la Universidad de Yale en Estados Unidos encontraron hace escasos meses una forma no solo de predecir el estado del famoso gato, sino de salvarlo. El descubrimiento representa un avance significativo en la comprensión y el control de la información cuántica, ya que uno de los desafíos en el desarrollo de computadoras cuánticas ­el «santo grial» de la computación­ es corregir errores a medida que ocurran. ¿Dios no juega a los dados? 

La experiencia Covid, más reciente, replantea la respuesta. Algunas asociaciones parece que cuestionan la vileza del experimento: vivo y muerto. En vez de echar mano de estos dos estados, prefieren gato alimentado y gato hambriento, que se acerca a la interpretación covidiana. Covid es el representante vivo más próximo de la reinterpretación de Copenhague. Aunque no se vea, está; como partícula viral -muerte latente- o como virus vivo. 

Cerca de una decena de años después, Erwin, fruto de unas conferencias publicó What is Life? The Physical Aspect of the Living Cell. Las conferencias atrajeron a una audiencia a quien se advirtió «que el tema era difícil y que las conferencias no podían calificarse de populares, a pesar de que el arma más temida, la deducción matemática del físico, difícilmente se utilizaría». Las conferencias de Schrödinger se centraron en una pregunta importante: «¿cómo pueden la física y la química explicar los acontecimientos en el espacio y el tiempo que tienen lugar dentro de los límites espaciales de un organismo vivo?». Tanto James D. Watson​ como Francis Crick, quienes propusieron conjuntamente la estructura de doble hélice del ADN basada en los experimentos de difracción de rayos X de Rosalind Franklin, dieron crédito al libro de Schrödinger por presentar una descripción teórica temprana de cómo se almacenaría la información genética ­cristales aperiódicos versus genes­, y cada uno reconoció independientemente el libro como una fuente de inspiración para sus investigaciones iniciales. Covid es fiel y simple reflejo de la estructura crickwatsiana. 

Paul Nurse acaba de publicar What Is Life?: Understand Biology in Five Steps en el que aborda cinco grandes ideas que soportan la biología: la célula, el gen, la evolución por selección natural, la vida como química y la vida como información. La vida nos rodea, es abundante y diversa. Olvidó a Covid, que es-no-es vida; los virus incluso no encajan en alguno de los cinco reinos establecidos; siguen una taxonomía propia. Pero utilizan la vida; la célula para «vivir». Sobre la segunda y quinta condiciones, para los Medawar: 
«[A virus is] simply a piece of bad news wrapped up in protein». 

Covid es química, un cheme complejo. Por último, covid evoluciona y se adapta. No le interesa que la célula que infecta muera, porque se extingue con ella. Ya se han detectado variantes evolutivas ­cuasiespecies­ más infectivas pero menos letales. Covid asegura su supervivencia infectando a cuantas más personas mejor pero perdonándoles la vida. Queda un fleco. El árbol genealógico retrotrae Covid a bichos desagradables; otra rama evolutiva que no debe despreciarse. Las partículas virales, ¿son mecanismos de defensa de especies amenazadas? Este Covid es el décimo eslabón de una cadena que ancló en la especie humana hace pocas decenas de años. Los siete primeros pasaron casi desapercibidos, apenas producen una rinorrea; los tres últimos han ido incrementando su agresividad. Tal vez, seguro, hay que encontrar un tipo de células «prime» que avisen con antelación, como en las crisis de artritis reumatoide, de los acontecimientos covidianos.

Un gato inició estas líneas. Pues este animalito, con más años que Covid, tiene mucho más que ofrecer, aunque los felinos pueden ser portadores. Schrödinger le sacó mucho partido, pero al revisar grandes colecciones de arte aparece una ristra de retratos, con mayor o menor fortuna, donde un gato y una santa comparten protagonismo. Juliana de Norwich, una de las escritoras místicas más valoradas en Inglaterra, pasa por ser la única santa venerada por las iglesias Católica, Luterana e Inglesa. A la edad de treinta años padeció una grave enfermedad ­«¿encefalitis?»­ que la puso al borde de la muerte. Durante la recuperación de la enfermedad parece ser que sufrió una serie de visiones o revelaciones que supusieron, veinte años más tarde, en 1393, la fuente principal para su obra titulada Sixteen Revelations of Divine Love. Quizá la cita por la que mejor se la recuerda es la optimista: 
«All shall be well, and all shall be well, and all manner of thing shall be well». 

«Vínome un arrobamiento tan grande que casi me sacó de mí». Así dejó descritas santa Teresa de Jesús sus experiencias místicas, sus célebres embelesos o éxtasis. Estados etiquetados como «epilepsia extática» o «de Dostoievski», ya que el escritor ruso también la padeció y reflejó en alguno de sus personajes, como el príncipe Mishkin: «Su cerebro parecía incendiarse por breves instantes, a la par que en un extraordinario impulso, todas sus fuerzas eran tensadas al máximo. La sensación de estar vivo y despierto aumentaba diez veces más en aquellos instantes que deslumbraban como descargas eléctricas». Las visiones y revelaciones de Juliana encajan en el mismo patrón. El foco epiléptico se localiza en la parte anterior de la corteza insular, ubicada en la profundidad de la cisura de Silvio. El lóbulo de la ínsula interviene, a modo de un centro de red que integra información, en la toma de decisiones, procesamiento emocional y atención. 

Covid ha revivido los arrobamientos y las revelaciones. Si fueron los escritores místicos los más sensibles, habría que estudiar mediante las técnicas más avanzadas de imagen funcional cerebral determinadas manifestaciones en los ámbitos político y mediático. En estos momentos del negado rebrote habría que incrementar el colectivo de neuropsiquiatras y reabrir nosocomios; de la misma manera que hay que replantearse el sistema sanitario y de asistencia social en su totalidad. Hace unos pocos días, cuando nuestro castigado país lidera, con incontables cuerpos de ventaja, las peores cifras de todos y cada uno de los índices laborales, productivos, financieros, educativos… alguien, tras noches de probables arrobamientos, visiones, embelesos… ante una audiencia que también debió padecer algún tipo de ofuscación, olvido la realidad de la situación real y echó las campanas al vuelo.

Four Quartets no se puede entender sin referencia al pensamiento, a las tradiciones y a la historia cristianas. Thomas Eliot basa su poética en la teología, el arte, el simbolismo y la obra de figuras tales como Dante, Juan de la Cruz, Teresa de Ávila o la escritora mística inglesa Juliana de Norwich. La «comunión más profunda» anhelada en East Coker, la alusión a niños desamparados, a la enfermedad, la vejez y la ardua exploración que conduce al hogar, han de interpretarse inevitablemente como la trayectoria del peregrino a lo largo de su camino de perfección. En el último de los cuartetos, Little Gidding, Eliot recurre a Juliana: 
«Sin is Behovely, but
All shall be well, and
All manner of thing shall be well.» 

Sin embelesos, mantener la esperanza es una especie de vacuna ­de las ciento y pico anunciadas­ que puede administrarse directamente sin necesidad de fases preclínicas. Ser esperanzado es proponerse un objetivo siendo consciente que, a pesar del empeño puesto, puede no llegar a conseguirse; la mayoría de las ocasiones por causas ajenas a la propia voluntad. Para aquellos que pontifican y se arrogan ser portadores de la verdad, recordar que ser liberal, tener amplitud mental es, en parte siguiendo a D. Gregorio Marañón, asumir que uno no siempre tiene la razón, estar dispuesto a dialogar con quienes no piensan igual, jamás aceptar que el fin justifica los medios y, además y ante todo, respetar la vida y la dignidad de las personas. El problema es despertar de la pesadilla y encontrar compañeros de viaje. Lo expresó con precisión Federico García Lorca: «El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida». 

Referencias

Albert Einstein (1879-1955. Recibió el Premio Nobel de Física 1921«por sus aportaciones a la física teórica y, especialmente, por el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico) escribió, en diciembre de 1926 la manida frase, en traducción libre, «Dios no juega a los dados», en una carta de respuesta al físico alemán Max Born. El corazón de la teoría de la mecánica cuántica, según Born, latía de forma aleatoria e incierta, como si sufriera de arritmia. Si, antes de la cuántica, la física se trató siempre de hacer esto y obtener aquello, la mecánica cuántica parecía decir que cuando hacemos esto, obtenemos aquello solo con cierta probabilidad. Y en ciertas circunstancias podríamos obtener lo otrohttps://gk.city/2018/11/25/dios-no-juega-dados-humanidad-einstein/

Thomas Stearns Eliot (1888-1965. Premio Nobel de Literatura 1948 por su contribución sobresaliente y pionera a la poesía moderna) publicó, en 1943, Four Quartets, reedición de cuatro poemas publicados separadamente y según el orden en el libro: Burnt Norton (“aire”, 1936), East Coker (“tierra”, 1940), The Dry Salvages (“agua”, 1941) y Little Gidding (“fuego”, 1942). Encabezados por dos citas de Heráclito: 
«Although logos [knowledge or reason] is common,
the many live as if they had a wisdom of their own.

The way upward and the way downward
is one and the same»,

cada uno de los poemas hace referencia a una localización geográfica determinada con fuerte significación religiosa. A la vez, cada poema se asocia a uno de los cuatro elementos fundamentales clásicos: aire, tierra, agua y fuego. 

Serge Haroche (n. 1944. Premio Nobel de Física 2012, compartido con David Wineland, por la medida y manipulación de sistemas cuánticos individuales). BBC / News I Mundo, 18 enero 2019. 
https://www.bbc.com/mundo/noticias-46869721

Juliana de Norwich (1342-1416). El líder evangélico Aiden V. Tozer ­pastor cristiano estadounidense, predicador, escritor, editor de revista y conferencista bíblico­ habló de ella: «Ella vivió 200 años antes de Martin Lutero, y sin embargo, en espíritu era protestante. En su pequeño libro dice que en una ocasión estaba orando (y ya saben cómo rezaban con todo tipo de artilugios para ayudarse); el Señor se le apareció y le dijo: ‘no tienes que tener todas estas cosas para orar; todo lo que Dios quiere y espera de ti es que creas en Él y lo ames con todo tu corazón». La obra de Juliana se ha hecho muy popular entre las feministas cristianas, debido a su concepto de lo femenino asociado a la divinidad. La canción Julian of Norwich, de Sydney Carter, conmemora su filosofía optimista. 

Paul Maxime Nurse (n. 1949. Premio Nobel en Fisiología o Medicina 2001, compartido con Leland Harrison Hartwell y Richard Timothy Hunt, por sus descubrimientos de reguladores claves del ciclo celular). 

Redacción, «Cómo encontraron la forma de salvar al gato de Schrödinger, el experimento más famoso de la física cuántica», BBC News Mundo, 6 junio 2019. https://www.bbc.com/mundo/noticias-48542209

Erwin Rudolf Josef Alexander Schrödinger (1887-1961. Premio Nobel de Física 1933, compartido con Paul Adrien Maurice Dirac, por sus descubrimientos sobre nuevas formas de la teoría atómica). 

Jim Shelton, «Physicists can predict the jumps of Schrödinger’s cat (and finally save it)» YaleNews-Explore Topics, June 3, 2019. https://news.yale.edu/2019/06/03/physicists-can-predict-jumps-schrodingers-cat-and-finally-save-it

Pedro R. García Barreno 
(Médico, 1965) 
Careñes, Villaviciosa, Principado de Asturias. 31 de agosto de 2020.

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