En esta valiosa obra se lleva a cabo un estudio serio y solidamente fundamentado que resulta de gran utilidad tanto para quien pretenda acercarse a los problemas planteados por el derecho espacial como para quien intente penetrar en el significado jurídico-político de la minería espacial. En este terreno, donde una serie de tensiones se ciernen en un contexto general expresado en la dualidad cooperación-unilateralismo, hay que situar esta esclarecedora obra del profesor Juan Manuel Farminan Gilbert. En ella, el autor apunta a definir y perfilar una política legislativa para la explotación de los recursos naturales de los cuerpos celestes, utilizando una doble perspectiva, jurídica y ética. El autor posee en efecto una profunda competencia y una larga experiencia en ambos sectores: en lo jurídico, en cuanto catedrático de derecho internacional y  miembro del Centro europeo de derecho del espacio operante el contexto de la Agencia espacial europea y, desde 1989 hasta 2017, integrante de su Comité directivo, y, por la perspectiva  ética, de la sus-comisión de la COMEST….. La posición de Faraminan es clara: sin excluir formas de utilización, estos recursos no deben explotarse en beneficio exclusivo de grandes empresas, sino tomando en cuenta el interés general de la humanidad y su aprovechamiento equitativo.

En este contexto dinamico ofrece especial interes el analisis que hace el autor en los seis capitulos en los cuales se divide el trabajo y que tocan todos los elementos relativos a la exploración y explotación de los recursos naturales de los cuerpos celestes, a partir  del cuadro jurídico internacional formado por el Tratados de principios de 1967 con su artículo II, en el cual se establece con meridiana claridad el principio de no apropiación, y el Acuerdo sobre la luna de 1979 que incorpora el principio del patrimonio común de la humanidad para definir el régimen jurídico de la Luna y de sus recursos naturales; la evolución de las legislaciones nacionales en materia de apropiabilidad privada de estos recursos , a partir del Space Commercial Launch Competitiveness Act adoptado por los Estados Unidos en 2015, a la subsecuente ley luxemburguesa de 2017; el intercambio de opiniones entre los Estados miembros en el marco de la CUPEEA hasta la reciente iniciativa griego-belga para la identificación de un contexto jurídico consensual; la posición de las agencias espaciales y de las empresas, cuya actitud es bien explicada considerando el principio del retorno sobre las inversiones realizadas. Además, Faraminan considera la experiencia desarrollada en el marco del derecho del mar, que puede ser transferida al derecho del espacio en materia relacionadas con la explotación global de los recursos.

La parte propositiva del trabajo dicta las líneas directrices para lograr un correcto régimen jurídico, partiendo de las lagunas evidentes en la actual reglamentación de las actividades espaciales. Central es el capítulo sexto, en el cual el Autor retoma en consideración las reflexiones contenidas en el documento de la subcomisión de la COMEST de 2001 para confirmar que la ética de la política espacial debe llevarnos a interrogarnos sobre las motivaciones que subyacen en el acceso al espacio del ser humano y la exploración del universo. Para el autor, es mas que nunca actual la exigencia de una alta autoridad que controle como se realiza la explotación de los recursos naturales de los cuerpos celestes, y del recurso al arbitraje para solventar los conflictos surgidos como consecuencia de actividades de minería espacial. En este sentido, el Autor se refiere al mecanismo especializado creado por la Corte permanente de arbitraje para las controversias relativas a actividades en el espacio exterior. 

Por todo ello, la obra del profesor Faraminan que hoy con gusto prologo merece ser saludada como une relevante aportación doctrinal – teórica y practica – en el ámbito del derecho de las actividades espaciales, y, en concreto, del derecho de la minería espacial.