
El pasado 6 de Julio se ha celebrado una Sesión en FIDE sobre “Perspectivas del Sector Inmobiliario tras el estado de alarma”. En ella han participado, como ponentes, tres destacados protagonistas del sector:
- Juan Antonio Gómez Pintado, Presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid, presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de España y presidente de Vía Ágora.
- Nicolás Díaz Saldaña, CEO Témpore Properties, SOCIMI
- Joan García, Managing Director – Corporate Finance Colliers España.
Moderó la sesión José Ramón Couso, Socio y Director General de CECA MAGÁN Abogados y miembro del Consejo Académico de FIDE.
La situación derivada de la pandemia ha afectado, sin duda, a numerosos sectores económicos y productivos en nuestro país. La reactivación del sector constructor e inmobiliario es clave para el mantenimiento de muchos puestos de trabajo y tiene un peso destacado en nuestro PIB. Si bien la incidencia de la pandemia en el “parón” de actividad económica y profesional es asimétrica por regiones, sectores, productos, etc. se hace precisa una reflexión sobre la situación actual en los desarrollos inmobiliarios, en los procesos de inversión y transacciones, así como para los tenedores de inmuebles en alquiler.
Los ponentes tienen una larga experiencia profesional en el sector inmobiliario y desempeñan cargos y funciones de responsabilidad, por lo que fueron enormemente valiosas sus opiniones sobre coyuntura actual, posibles alternativas, oportunidades e incluso medidas legislativas que coadyuven a un nuevo posicionamiento del sector y que contribuya a la recuperación global de España.
A continuación, se recogen algunas de las conclusiones y mensajes de la sesión:
Intervino Nicolás Díaz-Saldaña para comentar la situación en el Sector del alquiler residencial
Los fundamentales del sector inmobiliario español continúan siendo buenos desde el punto de vista macro y micro. Las empresas gozan de buena salud financiera, no hay exceso de oferta en el mercado, hay liquidez de los inversores, los tipos de interés están bajos y el nivel de endeudamiento es menor que en la crisis pasada.
La separación de la actividad de patrimonial de la promotora dota de estabilidad al sector en el largo plazo debido a la actuación de los institucionales.
El alquiler residencial ha venido para quedarse. La demanda continuará aumentando en los próximos meses debido a los cambios socio económicos en las pautas de consumo, la mayor diversidad en las estructuras de las familias y la mayor movilidad geográfica de los trabajadores.
Los fondos de inversión siguen apostando por el sector residencial del alquiler, aunque están a la espera de conocer el impacto que la crisis del COVID 19 tendrá en las rentas, los precios de los activos y sus valores antes de abordar proyectos de inversión nuevos y ambiciosos.
La mayor demanda de alquiler residencial en los próximos meses puede aumentar el desequilibrio entre oferta y demanda en este mercado. Por ello, es conveniente trabajar con las administraciones públicas nacionales y locales en potenciar la oferta de viviendas destinadas al alquiler mediante la calificación de nuevo suelo, la mejora y agilización de los procesos de concesión de licencias, la reducción del plazo para conceder licencias por cambio de uso, y el partenariado público-privado para acometer proyectos de promoción de vivienda social y asequible con unas concesiones a largo plazo que resulten atractivas para los inversores privados.
Joan García analizó las primeras impresiones tras el estado de alarma.
Existen Buenos fundamentos para que el mercado inmobiliario siga con buena salud: bajos tipos de interés y grandes volúmenes de liquidez.
Es cierto que la incertidumbre actual es alta y eso siempre retrae al inversor. Sin embargo, existe interés sobre activos con contratos a largo plazo, activos industriales y logísticos, vivienda en alquiler (BTR) y otros alternativos (coliving, residencia de estudiantes…). Dicho interés está fructificando en transacciones a pesar del virus.
Se avecinan cambios estructurales en la demanda que no somos capaces de cuantificar: incidencia del teletrabajo en demanda de espacios de oficina, en la tipología de vivienda o incluso en la demanda de viviendas por extranjeros; incidencia en el comercio retail y centros comerciales; a los que hay que unir los derivados de la propia crisis.
La incidencia de la crisis en las entidades financieras será clave. Estamos observando un endurecimiento en las condiciones de financiación que preocupan. Es importante recalcar que necesitamos una banca fuerte y con capacidad de financiación para que el sector actúe como unos de los impulsores de la economía.
Un escenario inflacionista a largo plazo (a corto no es previsible) podría favorecer la inversión en activos como protección a la misma.
Por su parte, Juan Antonio Gómez-Pintado aportó la perspectiva de la empresa promotora y constructora
Estábamos antes de la crisis del COVID-19 en un proceso de transformación del sector en materia de eficiencia energética y que ahora previsiblemente se va a acelerar. Tomará mucha importancia la rehabilitación del parque existente de vivienda.
La colaboración público – privada es una de las palancas de activación del sector y una forma de generar un parque de vivienda en alquiler que será público en un futuro.
El sector mayoritariamente está orientado hacia el mercado de compra venta de vivienda y seguirá mayoritariamente así. El alquiler de vivienda tiene que ganar espacio dentro de la actividad del sector.
Hay dos actores definitivos para que el sector pueda ser reactivador de la economía, la reacción de futuro de la Banca y las medidas que el Gobierno pueda tomar así como la rapidez en la respuesta