
El pasado 14 de septiembre Fide celebró una sesión sobre Residuos textiles, de la preocupación a la regulación, en la que se abordaron los cambios en el entorno regulatorio en cuanto al ecodiseño de las prendas de ropa, al tratamiento de los residuos textiles y a la necesidad de una circularidad en el sector.
Contamos en la sesión con la participación en las intervenciones iniciales de Isabel Antón Juarez, Profesora de Derecho Internacional Privado de la Universidad Carlos III y experta en Fashion Law y José Luis Quintana Cortés, Socio de Rodríguez Castaño Abogados. Abogado especializado en Derecho Administrativo. Moderó la sesión Santiago Garrido De Las Heras, Socio del Departamento de Derecho Público y Regulatorio en Gómez-Acebo & Pombo Abogados.
Isabel Antón Juárez, durante su intervención hizo referencia a que la industria textil se enfrenta en los próximos tiempos a cambios legislativos profundos. Uno de ellos es la Ley 7/2022, de 8 abril, de residuos y suelos contaminados por una economía circular. De hecho, ésta es la primera normativa que establece exigencias a la industria textil en materia medioambiental, destacó. Entre las novedades que implica esta Ley en su opinión, podríamos destacar tres:
1) Las empresas textiles tendrán que producir de forma más sostenible. Para ello será clave el ecodiseño, término que proviene de la Directiva 2009/125 y que impacta de lleno en el núcleo del fast fashion. Una producción basada en el ecodiseño llevará a producir menos y a producir también prendas de mayor calidad que posteriormente puedan reciclarse con menor coste y de forma más eficiente que en la actualidad.
2) Dichas empresas pagarán por los residuos que generan y no podrán destruirlos o incinerarlos.
3) Los fabricantes y/o poseedores de residuos textiles se enfrentarán a la responsabilidad ampliada del productor. Este tipo de responsabilidad ya se aplica en otros sectores como en el caso del vidrio o de los envases. Sin embargo, todavía hay muchos aspectos en torno a dicha responsabilidad que se deben desarrollar por el legislador español (como la carga financiera) y que actualmente preocupan (y con razón) a las empresas textiles debido a la inseguridad jurídica que le origina a corto plazo.
Por lo tanto, esta Ley implica novedosos aspectos regulatorios que con un desarrollo posterior adecuado pueden llevar en los próximos años a una transformación importante del sector textil. Una transformación que ha iniciado el regulador con esta Ley 7/2022 pero que las empresas textiles de nuestro país deberán continuar para que verdaderamente ese objetivo de una moda más circular se convierta en una realidad en los próximos años.
A continuación, intervino José Luis Quintana. Comenzó su intervención comentando que el consumo de productos textiles representa en 2022 el cuarto mayor impacto negativo sobre el medio ambiente y el cambio climático, y el tercero más elevado en el uso del agua y del suelo desde la perspectiva del ciclo de vida a escala global. De esta forma, el regulador, tanto el nacional como el de la UE, está comenzando a legislar sobre el problema de los residuos textiles.
En España, la recientemente aprobada Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular ha regulado por primera vez en nuestro país los residuos textiles, contiene medidas específicas en cuanto a la prevención de residuos textiles, como la prohibición de destrucción o su eliminación mediante depósito en vertedero de excedentes no vendidos, y en relación con la gestión de los mismos, fijando la obligación de recogida separada de estos residuos con anterioridad al 31 de diciembre de 2024 y la previsión de la extensión de la responsabilidad ampliada del productor a los textiles en 2025.
En la UE, señaló, la Estrategia para la circularidad y sostenibilidad de los productos textiles contiene la hoja de ruta de la Comisión Europea con respecto a este problema ambiental. Destacar que ya se encuentra en tramitación la futura normativa de ecodiseño se contendrán medidas obligatorias para los textiles con el objetivo de que su diseño sea más sostenible favoreciendo la circularidad del sector. Además, la Comisión manifiesta en esta Estrategia su voluntad de regular la destrucción de los excedentes, el establecimiento de medidas de información y de un pasaporte digital textil con datos sobre circularidad y aspectos ambientales claves o la fijación de unos mínimos en la regulación de la responsabilidad ampliada del productor textil. Concluyó su intervención comentando que el objetivo es que en 2030 todos los productos textiles que se comercialicen en la Unión Europea sean duraderos y reciclables, así como fabricados en gran medida con fibras recicladas, libres de sustancias peligrosas y producidas con respecto de los derechos sociales y del medio ambiente.