El referéndum suizo sobre la propuesta de “Vollgeld”de dinero seguro ha llevado al debate público unas propuestas que hasta ahora estaban siendo estudiadas solamente por un número reducido de interesados en cambiar el sistema monetario y en liberalizar el mercado de crédito. El referéndum ha tenido un efecto muy positivo porque partidarios y contrarios de la propuesta han hecho un esfuerzo muy importante en trasladar a la opinión pública las ventajas y desventajas de sustituir el sistema actual de creación del dinero por los bancos privados por un sistema en que sea el Banco Central quien cree el dinero.
Pero el debate también ha excitado la propaganda, la simplificación de las propuestas, las deformaciones de las mismas, las mentiras, la venta de paraísos o la identificación del cambio con el suicidio o el infierno. Y es que la propaganda, inevitable en los debates políticos, no ayuda a valorar ambos sistemas.
El referéndum ha tenido la virtud de aumentar el interés en esta cuestión pero ahora toca pasar de la propaganda al estudio, que debe ser la guía que ayude a un cambio cuidadoso y tranquilo de lo que no es simplemente una mejora del sistema actual sino que es, nada menos, un cambio de sistema.
Por eso hoy recomiendo la lectura de una nota de Ben Dyson y Jack Meaning del Banco de Inglaterra sobre como funcionaría la política monetaria en un sistema donde el dinero fuera creado por los bancos centrales. Esta nota es un resumen de un “working paper” de 36 páginas publicado por el Banco de Inglaterra el mes pasado.
