La crisis bancaria se ha cebado en las capas de población más desfavorecidas. Y esta semana el Financial Times ha publicado un video donde aparece una curiosa iniciativa para ayudar a las familias pobres muy endeudadas. Se trata de imprimir unos “billetes” emitidos por unos artistas con los que se obtiene dinero real con el que se ayuda a pagar las deudas de las familias del barrio. Es evidente que, mientras subsista el sistema actual, las iniciativas solidarias son imprescindibles para suavizar los efectos distributivos perversos que tienen las crisis bancarias.
Pero si hoy traigo al Blog ese video es porque en el mismo también aparece Ann Pettifor criticando la propuesta de que el dinero sea creado por los bancos centrales en vez de por los bancos privados. Por lo que dice en el vídeo, alguno pudiera pensar que Pettifor es de “derechas”, cuando su ideología es claramente de izquierda. Ella defiende mantener el sistema bancario actual pero considera que se convertiría en virtuoso si las autoridades públicas “guiasen” a los bancos, diciéndoles a que actividades deben prestar.
Hace unos años Pettifor publicó una nota explicando por qué está en contra de las propuestas de Martin Wolf y de Positive Money, a los que acusaba de ser liberales, de parecerse a Margaret Thatcher, Milton Friedman, la escuela austríaca, el patrón oro, el programa de Chicago, etc. Positive Money le contestó explicando que las reformas de Dinero Seguro tienen unas consecuencias sociales muy positivas pero que no tienen ideología política alguna. Una vez establecido el nuevo sistema, los distintos gobiernos podrían seguir orientando el gasto y sus regulaciones hacia aquellos grupos que quieran favorecer.
Cito este párrafo de ese artículo de Andrew Jackson :
“En este breve artículo, quiero argumentar que la reforma bancaria del tipo defendido por Positive Money es inherentemente apolítica. De hecho, en cierto sentido, la propuesta de reforma puede considerarse como un simple cambio legal. Una vez que se ha logrado este cambio, hay diferentes opciones de políticas disponibles que lo harían más atractivo para los comentaristas de izquierda o de derecha respectivamente.”
Es importante tener claro que la propuesta de que el dinero debe dejar de ser creado por los bancos privados no tiene ideología política. O, si se prefiere, trata de establecer un sistema que puede ser defendido por cualquier ideología. Es una reforma del sistema monetario y bancario de la que se derivan unos beneficios de mayor estabilidad y eficiencia que mejoran la situación de todos. Es una reforma institucional, del tipo de la de separar los jueces de los gobiernos, o la de que los impuestos se aprueben en los parlamentos o la defensa de la libertad de expresión. Son avances “sistémicos” que no van ni a favor ni en contra de ninguna ideología política. Cualquiera que sea el gobierno, cualquiera sea su ideología, podrá llevar adelante sus políticas disponiendo de un sistema económico y financiero más estable y eficiente.
