
Facebook acaba de anunciar un cambio de etapa con la venta de los activos estratégicos de Diem a Silvergate Bank, el banco norteamericano con el cual trató de hacer realidad su último intento de lanzar una stablecoin usando su tecnología. En esta última versión, Facebook ya había degradado sus aspiraciones hasta ser sólo el sistema de pagos detrás de una stablecoin bancaria ligada al dólar, muy lejos de las ambiciones de Libra en 2019.
En ese año Facebook removió los cimientos del dinero y las finanzas al pretender emitir una stablecoin ligada a una cesta de monedas oficiales, en conjunción con un consorcio de 28 influyentes empresas financieras y digitales.
Conscientes del impacto transformador de Libra si llegaba a materializarse, creamos el grupo de trabajo de “Monedas digitales” de la fundación Fide para analizar los cambios y sus impactos. Ya entonces avisamos que la única forma de parar el éxito de Libra por los efectos de red de Facebook y el resto de sus socios era a través de la regulación.
Casi tres años más tarde, el proyecto de Facebook de una criptomoneda propia ha fracasado por los impedimentos regulatorios, especialmente en EEUU y Europa. Las preocupaciones no son infundadas, tratándose de un criptoactivo que podría ser considerado dinero al estar disponible en redes móviles con cientos de millones de personas, y que podría competir directamente con el dinero oficial establecido y con su sistema asociado, el sistema bancario y de pagos.
Pero con independencia del futuro de Libra o Diem, algo sí ha cambiado en el mundo del dinero y las finanzas para siempre, y es el irreversible ascenso de los pagos y de las finanzas digitales. La crisis del Covid si acaso ha acelerado esa tendencia.
Lo cierto es que la tecnología blockchain es una realidad en producción, no sólo en pruebas piloto, las criptomonedas o criptoactivos han crecido en tamaño y diversidad de aplicaciones (DeFi o NFTs), el ecosistema de Virtual Assets Service Providers (VASPs) es cada vez más denso, la tokenización tiene una enorme capacidad para hacer eficientes procesos dispersos y dotar de liquidez a múltiples actividades, y hasta los bancos centrales de los grandes países están considerando lanzar monedas digitales dirigidas al público general, cuya distribución muy posiblemente se orqueste en torno a blockchains con contratos inteligentes o smart contracts
Sin embargo, creo que Facebook está lejos de haber dicho su última palabra y puede acabar siendo un jugador relevante en el mundo de la confianza financiera, mientras tenga la confianza digital de miles de millones de usuarios.
Como expliqué en este post, Facebook sigue apostando por su digital wallet Novi (es la reedición de Calibra, el monedero digital de la difunta Libra). Novi está lanzando un piloto para almacenar y pagar con la stablecoin Paxos en EEUU y Guatemala, pero pretende custodiar todo tipo de activos digitales y acabar estableciendo pasarelas transaccionales con exchanges, brokers u otros VASPs. El gran problema es que los sistemas operativos móviles dominantes como IOS o Android controlan los entornos de desarrollo y distribución de más del 90% de las apps, al menos en Occidente.
Más estratégicamente, Facebook quiere desarrollar su metaverso como siguiente fase natural de su modelo basado en red social que se financia por publicidad, desde una experiencia de usuario mostly mobile hacia una experiencia virtual, inmersiva y multisensorial. No opinaré aquí sobre los relevantes aspectos éticos, de pérdida de privacidad y libertad que suponen los metaversos, tema que está encima de la mesa de las grandes corporaciones digitales globales.
En los metaversos del futuro, construidos sobre la llamada Web3 que ya se está visualizando en algunas propuestas de criptoactivos como Decentraland o Opensea, blockchain será la espina dorsal de la arquitectura, y el dinero digital y las finanzas tendrán un lugar como cualquier otro sector. Y ahí Facebook (redenominado Meta) puede volver a reencontrarse con las finanzas. Novi será entonces una pieza indispensable en la custodia de activos digitales, en el mundo de las finanzas descentralizadas, o al menos, blockchainizadas.
Porque la transformación digital del dinero y de las finanzas es imparable, tan pronto concluimos la fase del grupo de trabajo “Monedas digitales” en Fide en septiembre de 2020, creamos inmediatamente el grupo de trabajo “Dinero Digital y Sistemas de Pago” (DDSP), donde tratamos el impacto extendido de blockchain en el sistema del dinero y de las finanzas. Durante 2021 cubrimos 15 temáticas diferentes, con 32 ponentes distintos y con más de 1600 personas inscritas en nuestros grupos de debate. La agenda de 2022 y de los años siguientes se presenta apasionante.

Enrique Titos
Consejero Independiente. Consejero Asesor. Director del GT DDSP de Fide, Consejero Académico de Fide.